miércoles, 7 de enero de 2009

2. LAS DESIGUALDADES POR RAZÓN DE GÉNERO

Se trata de una de las formas más evidentes de desigualdad. En la mayoría de sociedades del capitalismo adelantado, hombres y mujeres son iguales ante la ley, pero todavía hay ámbitos mayoritariamente masculinos (lugares de responsabilidad política, altos cargos en empresas...) y ámbitos mayoritariamente femeninos (los trabajos del hogar). Un dato que demuestra que muchas mujeres no forman parte del mercado laboral porque se encargan de las tareas del hogar es que los índices de paro femeninos son mucho más elevados que los masculinos. Hace falta decir que las desigualdades por razón de género han existido en todas las culturas conocidas, por lo tanto no se puede considerar en absoluto una consecuencia o efecto del capitalismo.

2.1. SEXO Y GÉNERO

Lo que sí que se desarrolla con la aparición del capitalismo es la forma actual de división sexual en el trabajo, que se basa en que las mujeres trabajen en casa y los hombres lo hagan fuera, con trabajos remunerados. Y es que aún cuando las desigualdades por razón de género son muy antiguas, en cada sociedad y contexto han tenido características diferentes. Los hombres controlan los recursos económicos y políticos.

Algunos estudios recientes, contradiciendo la teoría existente hasta ahora, han intentado demostrar la
falacia que representa analizar el mercado de trabajo basándose sólo en la esfera pública, puesto que esto obvia las tareas domésticas (que recaen mayoritariamente en mujeres), porque pertenecen a la esfera privada.

2.2. CLASE Y GÉNERO

¿Qué relación hay entre las desigualdades de género y las de clase? En este ámbito destaca la dificultad por asignar posiciones de clase a las mujeres. Esta dificultad se da por la concepción que el trabajo femenino es secundario (por intermitente y minoritario). En este punto encontramos tres estrategias de análisis:

1. La posición convencional, que considera que género y clase son fenómenos diferentes. Este punto de vista, muy criticado desde muy varias ópticas, argumenta que la unidad de análisis (la familia) se debe basar en el jefe familiar masculino, debido a que la presencia de la mujer en el mercado laboral es intermitente, minoritaria, a menudo a media jornada y a menudo depende de las necesidades familiares.

2. En segundo lugar, el posicionamiento que defiende que el género puede ser integrado en las teorías existentes sobre desigualdades de clases, sin que estas hayan de sufrir cambios importantes. Los partidarios de este punto de vista realizaron varias aportaciones teóricas sobre las desigualdades de género, aportaciones que en caso alguno cuestionan las bases de las teorías sobre desigualdades de clases. Algunas aportaciones destacadas son:

- Las del marxismo y el feminismo, que crearon un debate sobre la relación entre
patriarcado y capitalismo. Engels defendía que la liberación de la mujer iba atada a la lucha de clases, y la réplica feminista defendía que en la era pre-capitalista ya existía la explotación patriarcal a la mujer.

- El estudio de las familias de clase heterogénea, en las cuales esposo y esposa pertenecen a clases sociales diferentes. Este estudio se centra principalmente en los casos en qué la clase social a qué pertenezco la mujer es superior a la de su marido. Se pretendía demostrar que en estos casos el comportamiento de la familia cambia.

-
Wright y su propuesta de clase directa y mediada. Wright propone hacer una distinción entro: aquellos que tienen una relación directa con los recursos productivos y el mercado de trabajo, es decir, aquellos que trabajan remuneradamente; y los que no lo hacen, como los jóvenes, estudiantes, amas de casa de casa o pensionistas. A esta segunda categoría de personas, Wright los etiqueta como clase mediada.

3 . En tercer lugar encontramos los que defienden que es necesaria una
reconceptualización de las teorías de la estructura social, por tal que estas puedan estudiar las desigualdades de género. En esta línea turbamos dos propuestas:

- Las feministas radicales defienden que las esposas forman una propia clase, y que el trabajo doméstico convierte las mujeres en trabajadoras explotadas por los maridos.

- Las teorías
revisionistas de la producción/reproducción defienden que las teorías de estructura social tienen que analizar también la esfera privada y, por lo tanto, las tareas domésticas que realizan las mujeres. Por lo tanto, hace falta tener en cuenta dos tipos de ocupación: la remunerada y también la tradicionalmente obviada, la no remunerada. Otra matización de estas teorías es que también existen desigualdades de clase entre mujeres, es decir que no su condición femenina las agrupa a todas en una misma clase social.

2.3. LA DIFICULTAD EMPÍRICA DE ASIGNACIÓN DE POSICIONES DE CLASE A LAS MUJERES O EL PROBLEMA DE LA UNIDAD DE ANÁLISIS

2.3.1. LA UNIDAD DE ANÁLISIS: FAMILIA O INDIVIDUO?

Hay un conjunto de cuestiones sobre cuál debe ser la unidad de análisis por clasificar la población en clases sociales. La unidad de análisis debe ser la familia o el individuo? La práctica más tendido hasta los años 70 fue la convencional: la unidad de análisis era la familia, representada por la cabeza familiar masculino. Las mujeres solteras eran definidas por la posición del padre, y las casadas, por la del marido.

- Los defensores que el individuo debe ser la unidad de análisis defienden que la mujer debe ser clasificada por su ocupación, independientemente de la persona con quien estén casadas.

- Los defensores que la familia debe ser la unidad de análisis tienen diversidad de propuestas con respecto a como clasificar las familias:

1. El modelo convencional defensa que debe ser el jefe familiar masculino quien marque la posición social de la familia

2. El principio de dominación propone que sea la persona con un posicionamiento social más alto, sea hombre o mujer, quien defina la posición de la familia

3. La tercera propuesta pretende definir el posicionamiento social de la familia mediante una media entre la posición del marido y el de la mujer

4. Por último, el modelo combinado propone que la posición social de la familia quede definido por la combinación de los dos posicionamientos principales, el del marido y el de la esposa: trabajador-ama de casa, dominante-trabajadora, trabajadora-dominante...

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